¿Por qué hacer un Viaje de Fin de Curso?

Los viajes de fin de curso eran una actividad que se reservaba únicamente al fin de ciclo escolar. Por tanto, solo disfrutaban de ellos los alumnos de sexto de primaria o de cuarto de la ESO: Con el paso del tiempo, esta opción se ha generalizado a todos los cursos, pues se considera una oportunidad única por varios motivos.

El principal de ellos es reforzar la cohesión del conjunto de alumnos/as. Los niños y niñas están acostumbrados a convivir y compartir momentos todos juntos dentro del aula, pero la mayoría realizan sus actividades de ocio únicamente con el grupo de amigos. Los viajes de fin de curso son una oportunidad única para que se refuerce su conocimiento de aquellos compañeros con los que menos tratan, así como asentar y desarrollar las relaciones de amistad que ya tienen en un entorno distinto.

Con los viajes de fin de curso se fomenta también la autonomía y la seguridad en sí mismos de los participantes. Unos días lejos del lugar de residencia habitual y desarrollando otras rutinas, les hacen ser más independientes y confiar más en sus capacidades de cara al futuro, donde la novedad será lo habitual.

Además, el aprendizaje de nuevos conocimientos asociados a las actividades culturales que desarrollan en el viaje es otro de los puntos fuertes del mismo. Conocer destinos turísticos, ampliar sus conocimientos sobre ciencias sociales, cultura y ambiente, así como practicar deportes nuevos y menos frecuentes en sus lugares de origen: todo ello es el suplemento perfecto de estos viajes.

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