Viajes de fin de curso: Actividades Multiaventura de montaña I

Al imaginar un viaje de fin de curso multiaventura, normalmente nos figuramos una gran cantidad de actividades deportivas en un entorno de montaña. Este hecho resulta curioso, pues, aunque las actividades multiaventura no son exclusivas o dependientes de un paisaje de montaña, tendemos a asociarlas con este. Tal vez porque la montaña no ofrece una única opción multiaventura, sino una gran cantidad de posibilidades. De hecho, muchas de las actividades multiaventura propuestas para este entorno se conocen bajo el nombre unificador de montañismo. Por este concepto tendemos a entender toda actividad física desarrollada en la montaña, aunque de una manera más concreta define la acción de ascender montañas. Este “paseo por la naturaleza” supone una de las primeras actividades multiaventura que realiza el ser humano, y la base a partir de la cual se van desarrollando las demás.

Una gran parte de las actividades multiaventura que se realizan en los viaje de fin de curso giran en torno a actividades con cuerdas. Es el caso de la escalada. Esta actividad y sus derivadas se han convertido en una de las principales estrellas de los viajes de fin de curso. La escalada tradicional consiste en la realización de travesías en paredes de gran pendiente, normalmente con el apoyo de cuerdas y arneses. La escalada es un deporte cada vez más popularizado y que gana más adeptos, y que entre los más jóvenes genera un gran atractivo. La sensación de subir una pared de roca natural es única. Favorece la capacidad de concentración y la toma de decisiones, así como la percepción sobre la psicomotricidad propia y el aumento de confianza en la misma. De la escalada, además, han derivado distintas opciones de actividades multiaventura basadas en el mismo principio.

 

Actividades multiaventura de fin de curso: jardín de cuerdas

El éxito de la escalada como actividad multiaventura en viajes de fin de curso ha propiciado la aparición de distintos parques temáticos en torno a esta actividad. Es el caso de los llamados jardines de cuerdas. Un jardín de cuerdas es un parque temático en el que se realizan distintas actividades relacionadas con lo multiaventura y la montaña. Suelen ubicarse en parajes naturales, normalmente en bosques o zonas arboladas, por lo que en muchas ocasiones a esta actividad se le puede llamar arborismo. Esto se debe a que los propios árboles se integran dentro de la actividad y sirven como base para varias actividades similares. Una de las estrellas es la tirolina. Por medio de un sistema de poleas, cuerdas y pesos, se logra desplazar al participante, asegurado con un arnés a una cuerda, de un punto a otro por encima del suelo.

La tirolina es la una de las principales actividades de un jardín de cuerdas, pero no la única. Otras muchas se definen con el nombre de pasos, e implican ir de un árbol a otro por medio de distintos sistemas de cuerdas. Uno de estos pasos es el paso de oso, con el cual hay una cuerda por donde el participante camina y dos cuerdas altas adonde se agarra con las manos. Otro paso es el de monos, en el cual se trepa por unas cuerdas como si de uno de estos simios se tratase. De esta manera, las cuerdas y la escalada se convierten en una forma de practicar deporte y entrar en contacto con la naturaleza que hace de un viaje de fin de curso multiaventura un momento único. Actualmente, encontramos jardines de cuerdas y parques de aventuras en casi todas las regiones de España.

Actividades multiaventura de fin de curso: descenso de cañones y rafting

Las actividades multiaventura de los viajes de fin de curso que se realizan en montaña no tienen por qué tener lugar siempre en lugar seco. El entorno de montaña  tiene en su entorno una gran cantidad de opciones de actividades acuáticas, aprovechando embalses o ríos. Por ello, las actividades multiaventura también pueden realizarse en estos espacios de agua. Una de las más populares es el descenso de cañones. Este deporte consiste en realizar recorridos por distintos cauces y zonas de aguas, que incluyen saltos a pozas y atravesar cuevas y cañones. Para esta actividad los participantes han de enfundarse en neopreno y llevar casco. De esta manera se realiza el deporte con la máxima seguridad posible. En estas rutas realizadas entre el agua y la montaña se cuenta con la guía experta de monitores profesionalizados y especializados en este deporte.

Otra actividad de similares características, y habitual en los viajes de fin de curso multiaventura, es la práctica de rafting. En esta actividad, se realiza también el descenso de un río, pero, en este caso, en una embarcación. Dado que se atraviesan zonas de determinada profundidad o lugares con rápidos, es una embarcación amplia y preparada para navegar en estas zonas. Los participantes, con chaleco, neopreno y casco, van dentro de la embarcación. Cada uno porta un remo con el que, guiados por el monitor que va a bordo de la barca, van usando para corregir el rumbo. De esta manera, el rafting es una actividad en la que los participantes practican y ven como su propio esfuerzo tiene recompensa y se pone al servicio de conseguir un objetivo grupal.

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