Beneficios de los viajes de fin de curso multiaventura

Como ya hemos visto, uno de los sinónimos para referirnos a los viajes de fin de curso multiaventura es el de turismo activo. Es esta misma definición la que guarda una de las claves de la importancia de realizar viajes de este tipo con grupos de niños y jóvenes. En las edades comprendidas entre la educación primaria y la universidad, niños y niñas suelen viajar habitualmente con sus familias. Es común en estos casos que el destino sea uno constante, pues permite mantener las rutinas de las familias a la vez que ofrecer días de descanso y desconexión del entorno habitual. Es por eso que es tan importante la existencia de viajes de fin de curso y excursiones escolares. Estas ofrecen posibilidades de un turismo diferente al realizado por los alumnos en su vida normal, y les conecta con el concepto de turismo activo.

Entendemos por turismo activo aquel que se desarrolla en contacto con la naturaleza, llevando a cabo actividades que nos ponen en conexión con ella. El turismo activo ofrece una estrecha conexión entre entorno natural y diversión. De esta manera, se transmiten una serie de valores fundamentales que serán fundamentales en el crecimiento de los más pequeños. Cuanto mayor se hagan, más conscientes serán del entorno en el que viven y de las posibilidades que este ofrece. El respeto y el cuidado del mismo derivará en un medio ambiente más y mejor protegido, y en un aumento de las competencias turísticas. De esta manera, los viajes de fin de curso multiaventura y de turismo activo se revelan no únicamente como una forma de premiar o finalizar un curso, sino de transmitir unos valores y generar un aprendizaje.

Viajes de fin de curso multiaventura: la importancia del deporte

Muchas veces se interpretan los viajes de fin de curso multiaventura únicamente como una forma de disfrutar de la naturaleza y completar un planing de viaje. Como ya hemos visto, muchos son los beneficios asociados a estos viajes. Uno que muchas veces se menciona poco es que las actividades multiaventura en un alto porcentaje son deportes. Alternativos, distintos a los habituales, poco vistos en entornos que no sean de naturaleza: pero deportes al fin y al cabo. En el día a día de un estudiante de primaria o secundaria, tanto en colegios como en institutos, los deportes que se practican tienen poca variedad. Es normal, pues el material que es necesario ha de ser asequible, y se potencia que aquellos deportes más completos y habituales sean los que los alumnos y alumnas aprendan a realizar. Así, los deportes multiaventura destacan por varios motivos.

En primer lugar, porque ponen en marcha destrezas y competencias que en otros deportes no se practican. La escalada o el rafting no son habituales en las clases de educación física, por no decir que son casi imposibles. Por ello, un viaje multiaventura ofrece la posibilidad de conocerlos y de disfrutar con ellos. En segundo lugar, no sólo suponen ejercitar destrezas físicas distintas, sino también nuevas competencias mentales. Por ejemplo, el tiro con arco es muy beneficios para el mantenimiento de la atención. La escalada mejora competencias en toma de decisiones. El senderismo inculca la paciencia y la relajación. Así, los deportes multiaventura que podemos realizar en viajes de fin de curso transmitirán tantos o más valores que los deportes habituales. Son, así, una forma divertida y distinta de mantenerse en forma tanto física como psíquicamente. Y tal vez, por qué no, de comenzar una nueva carrera deportiva.

Viajes de fin de curso multiaventura: aprender en la naturaleza

Toda información que busquemos sobre actividades y viajes de multiaventura y turismo activo recalcan el importante papel que cumple en ellos el medio natural. La naturaleza es el espacio en el que se realizan las actividades multiaventura y con el cual se establece una interacción de aprendizaje y respeto hacia la misma. Un viaje de fin de curso multiaventura es una de las mejores oportunidades para establecer una relación distinta del niño con la naturaleza. La mayor concentración de población se da en los entornos urbanos, algo alejados de espacios naturales. Un viaje de fin de curso multiaventura supone abrir una ventana a otros espacios, nuevos lugares donde desarrollarse como individuo y donde aprender distintas formas de relación con el medio. En la rutina habitual de las ciudades, hay pocas ocasiones en las que un grupo de escolares entre en contacto con la naturaleza.

Por ello, un viaje de fin de curso de estas características es tan importante. Las actividades multiaventura y de turismo activo abren una ventana durante varios días al medio ambiente que nos rodea y en el que vivimos. Descubrimos nuevos lugares de interés turístico y cultural, y todo lo que estos ofrecen. Desde los espacios de montaña, hasta las zonas de playa. Es importante transmitir la idea de que el espacio natural es un sitio del que podemos obtener disfrute y diversión. Y también que, nos guste más un espacio u otro, todos deben ser respetados y cuidados, pues todos forman parte del nuestro entorno y del equilibrio en el que vivimos. Los viajes de fin de curso multiaventura inscriben un recuerdo de diversión y aprendizaje en un espacio paisajístico único.

Viajes de fin de curso multiaventura

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