Algo transversal a cualquier edad, y que caracteriza a toda organización de un viaje de fin de curso es el deseo común de que no implique un excesivo coste. Aunque los participantes de estos viajes están muy cerca de la edad adulta, muy pocos o casi ninguno tiene ingresos económicos propios. Por ello, el coste del viaje suele recaer en la familia, que entiende la importancia del momento y colabora y financia el viaje como forma de premio al esfuerzo académico. Así, el interés por tener un viaje de fin de curso de Bachillerato barato no es exclusivo del participante, sino también de su familia. Hay muchas opciones para que esto pueda conseguirse. Pero también, muchos elementos a tener en cuenta. Normalmente, los participantes tienen grandes ideas y un montón de planes que cumplir durante su viaje a la hora de organizarlo. Pero incluirlos todo puede conllevar un presupuesto excesivo.
Para evitar todo esto, y que el planing siga contando con todos los elementos que los participantes desean, la mejor opción para evitar sobrecostes es contar con la asistencia de una agencia o empresa profesionalizada del sector. ¿Por qué? Normalmente, la agencia cuenta con ofertas y paquetes de viaje que incluyen todo lo que el grupo busca. Al ser precios de grupo ya estandarizados, son mucho más competitivos para el grupo que si han de gestionar ellos todos los servicios. Así, además, se ahorra la dificultad de contactar con todos los proveedores. El grupo habrá de tratar únicamente con la agencia organizadora, y esta será la encargada de organizarlo todo. De esta manera, se ahorran sobrecostes y también tiempo, ganando en facilidades y confianza en que la organización del viaje depende de un grupo de profesionales, especializados en este sector.
Recaudar dinero para viajes de fin de curso de Bachillerato: venta de papeletas
Recaudar dinero para los viajes de fin de curso de Bachillerato es una de las acciones más habituales para conseguir que el viaje sea barato. En estos casos, se posibilita recuperar el dinero invertido en el viaje por medio de distintas formas que exponemos a continuación. La más habitual y conocida por todos es la venta de papeletas. Así, la agencia que organiza el viaje facilita un taco de papeletas a cada uno de los participantes. El coste de cada papeleta ronda en torno a un euro. La compra de una papeleta es la forma de participar en un sorteo o concurso para conseguir un premio. Así, los alumnos de Bachillerato venden estas papeletas en su círculo de personas cercanas. Padres, madres, hermanos, amigos, vecinos, conocidos… Incluso, a veces, a gente con la que no tienen vínculo. Todo el mundo es bienvenido a participar en la financiación del viaje.
Es una forma tan habitual que mucha gente, tenga más o menos contacto con los participantes del viaje, colabora encantada. No sólo supone tener opción de ganar un premio, sino que es algo por lo que gran parte de la gente hay pasado: vender papeletas o participaciones para financiar viajes u otras iniciativas. De esta manera, se establece cierta empatía y las personas tienden a colaborar. Además, el premio puede ser algo de gran atractivo. Desde viajes hasta ordenadores o participaciones en la lotería de Navidad. Muchas son las opciones, y todas ellas una forma fácil y sencilla de recaudar dinero para un viaje de fin de curso.
Viajes de fin de curso de Bachillerato: otras formas de recaudar
La venta de papeletas no es la única forma de recaudar dinero para un viaje de fin de curso. También existen otras opciones igual de sencillas, y algunas algo más complejas, pero con grandes ventajas. En estas edades una opción cada vez más habitual es la organización de fiestas. Estas son montadas por completo por el grupo de participantes. Eligen la ubicación del encuentro, se encargan de la decoración, de la temática de la fiesta, de las invitaciones y de publicitarla. Se puede cobrar una entrada simbólica a los participantes, así como las consumiciones. Por medio de estas ganancias, se obtiene dinero para financiar el viaje. La fiesta a veces se puede organizar en el propio centro escolar y contar con la asistencia de otros cursos, compañeros, profesores, etc. Es una forma de generar convivencia y comunidad, además del objetivo de recaudación.
Tanto en la propia fiesta como fuera de ella, se pueden llevar a cabo otras formas de financiación. La venta de artículos de merchandising es también cada vez más popular. Camisetas serigrafiadas o elementos escolares con algún tipo de fima o símbolo identificativo de ese curso son algunos de los ejemplos. Adquirir una permite no sólo financiar el viaje, sino también tener un recuerdo de esa época. Otra opción es la venta de artículos de artesanía, confeccionados durante talleres o clases en el propio centro escolar. También la venta de comida que, además, puede integrarse dentro de alguna opción mayor, como la propia fiesta o el montaje de un mercadillo o tómbola.
Viajes de fin de curso de Bachillerato
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