Guía para organizar un Viajes de fin de curso en Inglés
Habitualmente, asociamos los viajes de fin de curso a una etapa de descanso fuera del aula y de la formación académica. Como su propio nombre indica, los viajes de fin de curso tienen lugar una vez finalizadas las clases, y sirven como respiro de las mismas y recompensa por el esfuerzo realizado durante el año. De hecho, si preguntamos a los propios participantes de los viajes de fin de curso, casi todos nos dirán que el viaje es una forma de descansar y divertirse. Lo último en lo que piensan durante esos días es en continuar con su formación académica. Y, sin embargo, esta es una de las mejores cosas que hacen los viajes de fin de curso: continuar con el aprendizaje que realizan los alumnos y alumnas desde otra perspectiva.
Un viaje de fin de curso sirve como continuación de una educación no formal, sin aulas ni pupitres, que aprovecha entornos y rutinas distintos a los habituales para adquirir conocimientos y transmitir valores. Tanto es así, que en los últimos años los viajes de fin de curso se han convertido en una buenísima opción para continuar con el aprendizaje de una segunda lengua. Así, la perspectiva sobre los viajes de fin de curso ha cambiado, y de contemplarlos como unos días de parón, hemos pasado a valorarlos como unos días de crecimiento. Una de las asignaturas pendientes del sistema educativo actual es la profundización en el aprendizaje de inglés con técnicas distintas a las clásicas. En un mundo como el actual, hipercomunicado y en constante movimiento, hablar inglés de manera fluida es más necesario que nunca. Aprenderlo desde la diversión, como en un viaje de fin de curso, es fundamental.
Cada vez más colegios e institutos optan por organizar viajes de fin de curso en inglés para sus grupos de alumnos. Y cada vez más participantes descubren una forma distinta de acercarse a esta nueva lengua. En Natuaventura Ocio y Tiempo Libre llevamos más de quince años organizando viajes de fin de curso. En los últimos años, los viajes de fin de curso en inglés son muy solicitados por centros escolares. Puedes consultar toda nuestra oferta en nuestra sección de viajes de fin de curso.
Viajes de fin de curso en inglés: un nuevo enfoque para aprender idiomas
La ventaja de los viajes de fin de curso en inglés es que se basan en una concepción distinta a la habitual sobre el aprendizaje de idiomas. Tradicionalmente, en el ámbito educativo se ha tendido a equiparar el aprender una lengua distinta con adquirir cualquier otro tipo de conocimiento. Así, la forma de enseñar inglés era similar a la de enseñar matemáticas: en el aula, conocimiento por conocimiento, traduciendo y explicando. Es entonces cuando llega el enfoque de la inmersión lingüística. Esta supone cambiar el modelo de aprendizaje de una lengua distinta a la matera. Opta por la experiencia vivencial más que por la pura teoría, y permite una mayor flexibilidad a la hora de inculcarla. Un viaje de fin de curso en inglés suele realizarse con este enfoque de inmersión lingüística y aporta una serie de ventajas a la hora de aprender un idioma que veremos a continuación.
La primera de ellas es la predisposición con la que llegan los alumnos y alumnas al viaje. No es lo mismo acercarse al inglés desde un aula, dentro de un horario de clases que ocupan gran parte del día, que hacerlo durante tres o cuatro días de viaje. El viaje de fin de curso ofrece una serie de actividades y una gran cantidad de diversión, que motiva e ilusiona durante todo el año. Por ello, los participantes afrontan el viaje con todas las ganas, y esa pasión facilita que contemplen el inglés desde otro punto de vista. Otra ventaja es la variedad de vocabulario que permite el viaje. Un viaje de fin de curso en inglés hace que se tome contacto con situaciones y elementos de la vida cotidiana que no se suelen tratar en el aula, y que serán útiles en el futuro.
Viajes de fin de curso en inglés: aprendizaje y diversión
Así, los viajes de fin de curso en inglés son la mejor forma de aunar aprendizaje y diversión. Ofrecen unos días de esparcimiento y aventura, en el que se visitan nuevos entornos y se participa en actividades deportivas y culturales. Si todo esto se realiza, además, en inglés, el valor del aprendizaje aumenta. Se redescubre el segundo idioma y se comprende su utilidad para la convivencia y el turismo. Se practica, se mejora y se profundiza en la comprensión de esta lengua. Hablar y escuchar inglés es la mejor forma de familiarizarse con este idioma. Y aprovechar un viaje, sea a la playa o a la montaña, multiaventura o turístico, para hacerlo es una gran apuesta por una educación dinámica y holística.
Un viaje de fin de curso en inglés conlleva aprender a jugar en este idioma. Con independencia de la edad de los participantes, sean de primaria, secundaria o bachillerato, esto es algo transversal a todos los cursos. No sólo aprender dinámicas sino a través de las propias dinámicas. Desarrollar actividades en otra lengua es básico para familiarizarse con su uso. Las ventajas, además, no se limitan al tiempo del propio viaje. También se extienden a los días y cursos posteriores. Haber realizado un viaje de fin de curso en inglés satisfactorio hace que la perspectiva de seguir aprendiendo este idioma varíe, y se sea consciente de su importancia y utilidad. Habiéndose asomado ya a una práctica divertida del inglés, la idea con la que se plantean ganar conocimientos en este idioma cambia, y se valora de una forma más integrada.
Descubre los mejores viajes de fin de curso en inglés
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